Campamento/2

(Fragmento de mi libro Verde Manzana)


Día Gris. La Naturaleza lloraba en mi ventana, pero mis ojos estaban secos. No la acompañaría. Por más tristeza que tuviera en mi interior, por una vez mis ojos no lloverían.
Me había olvidado de querer. Ya no sabía sentir y mucho menos extrañar. La humanidad me pasaba por delante de los ojos, y yo lo detestaba. Odiaba todo y a todos, la vida, el aire, la gente.
Un día me arranqué del Mundo y me fui lejos… con ellos.
Fueron ellos los que me dieron felicidad, ellos los que me tentaron de risa, ellos los que iluminaron mis ojos.
Vivimos juntos un tiempo, y a la hora de partir nadie podía calmar mis lágrimas. Todo el hielo interno se derritió luego de tantas tardes al Sol.
Los amaba, los necesitaba. Los extrañaría.
Lloraba y sonreía y los veía y los escuchaba.
Ojos, guarden estas caras en mi recuerdo, para tenerlas siempre que las extrañe.
Oídos, conserven fresco el ruido de sus risas y sus voces.
Cuerpo, mantén sus abrazos en el recuerdo de mi alma, para sentirlos en los mejores y peores momentos.
Volví a sentir.
Volví a querer.
Volví a amar.
Es hora de que te marches, Lluvia, y le dejes el Cielo al Sol.

El Fuego bailaba al ritmo de la Música. El Frío no existía. Déjennos, déjennos quedarnos así eternamente. Déjenme tenerlos en mi alma…


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